miércoles, 28 de febrero de 2018

"Aquel beso de actor", de MICHAEL HARTNETT (IRLANDA, 1941-1999 d.n.e.)

Besé a mi padre en su cama en la clínica.
Con suelas soñolientas la enfermera
pasaba junto a viejos delirantes.
Siete décadas, dentro, en su cabeza,
congeladas, se iban derritiendo;
la gama del pintor sólo eran grises.
Aquel beso de actor cayó tan hondo
que no me trajo ecos deseados:
era el año 29, el 41, el 84
en el calidoscopio de sus ojos.
Me legó su amargura y su gran sed,
su fría forma de cerrar las puertas.
Después, bebiendo algo, me di cuenta:
aquel fue nuestro primer beso y el último.


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martes, 27 de febrero de 2018

"El beso", de ANNE SEXTON (EE.UU., 1928-1974 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Poemas de amor", de fecha  1969   d.n.e.



Te devuelvo tu corazón.
Te doy permiso ─ …

AS

Mi boca florece, como un corte
me han agraviado todo el año, tediosas
noches, sólo brutos codazos en ellas
y cajas delicadas de pañuelos gritando ¡llorona,
llorona, estúpida!

Hasta ayer mi cuerpo era inútil.
Ahora se está rompiendo por sus picos y esquinas.
Está rompiendo las piernas de la vieja Mary, nudo a
nudo
y mira ─ ahora está todo invadido por esos rayos
eléctricos.
¡Zumba! ¡Una resurrección!

Érase una vez una barca, toda de madera
y sin tarea, ni agua salada debajo
y necesitada de alguna pintura. No era más
que un montón de tablas. Pero tú la izaste, la aparejaste.
Ella fue elegida.

Mis nervios están encendidos. Los oigo como
instrumentos musicales. Donde había silencio
tocan sin cesar los tambores, las cuerdas. Tú lo hiciste.
La obra de un puro genio. Cariño, el compositor ha
penetrado
en el fuego.


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lunes, 26 de febrero de 2018

"Isla famosa", de JOSÉ MARTÍ (CUBA, 1853-1895, d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Versos libres", de fecha de 1878-1882 d.n.e. (publicado póstumamente en 1913)



Aquí estoy, solo estoy, despedazado.
ruge el cielo: las nubes se aglomeran,
y aprietan, y ennegrecen, y desgajan:
los vapores del mar la roca ciñen:
sacra angustia y horror mis ojos comen.
A qué, Naturaleza embravecida,
a qué la estéril soledad en torno
¿De quién de ansia de amor rebosa y muere?
¿Dónde, Cristo sin cruz, los ojos pones?
¿Dónde, oh sombra enemiga, dónde el ara
digna por fin de recibir mi frente?
¿En pro de quién derramaré mi vida?

Rasgóse el velo; por un tajo ameno
de claro azul, como en sus lienzos abre
entre mazos de sombra Díaz famoso,
el hombre triste de la roca mira
en lindo campo tropical, galanes
blancos, y Venus negras, de unas flores
fétidas y fangosas coronados:
¡Danzando van: a cada giro nuevo
bajo los muelles pies la tierra cede!
Y cuando en ancho beso los gastados
labios sin lustre ya, trémulos juntan,
sáltanles de los labios agoreras
aves tintas en hiel, aves de muerte.


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domingo, 25 de febrero de 2018

"¡Aleluya!", de RUBÉN DARIO (seud. de Félix Rubén García Sarmiento) (NICARAGUA, 1867-1916)

Rosas rosadas y blancas, ramas verdes,
corolas frescas y frescos
ramos, Alegría!
Nidos en los tibios árboles,
huevos en los tibios nidos,
dulzura, Alegría!
El beso de esa muchacha
rubia, y el de esa morena,
y el de esa negra, Alegría!


Y el vientre de esa pequeña
de quince años, y sus brazos
armoniosos, Alegría!
Y el aliento de la selva virgen,
y el de las vírgenes hembras,
y las dulces rimas de la Aurora,
Alegría, Alegría, Alegría!


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sábado, 24 de febrero de 2018

"Creación", de JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (España, 1881-1958 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Estío (a punta de espina)", de fecha 1915  d.n.e.

El beso aquel, ascua rota,
no en tu mejilla, en mi boca
se quedó. Me sabe, dentro,
a fuego y hielo revueltos.

¡Cómo luchó en tu mejilla!

Los ojos que le ponías,
azules, encima, eran
cual dos curiosas estrellas
que miraran el idilio
raro de un león y un lirio.

Sí. Yo estaba en mi desierto.
Sí. Tú estabas en tu cuento.
Y entre nuestros pechos juntos,
todo el increado mundo.

¡Mas seremos, lo sé bien,
un día, hombre y mujer!


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viernes, 23 de febrero de 2018

"Rima VIII: Cuando miro el azul horizonte", de GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (1836-1870)

Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos,
al través de una gasa de polvo
dorado e inquieto,
me parece posible arrancarme
del mísero suelo
y flotar con la niebla dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.

Cuando miro de noche en el fondo
oscuro del cielo
las estrellas temblar, como ardientes
pupilas de fuego,
me parece posible a do brillan
subir en un vuelo
y anegarme en su luz, y con ellas
en lumbre encendido
fundirme en un beso
.

En el mar de la duda en que bogo
ni aun sé lo que creo;
¡sin embargo, estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro!…


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jueves, 22 de febrero de 2018

"Estoy aquí contigo", de JOSÉ ÁNGEL BUESA (Cuba, 1910-1982 d.n.e.)



Estoy aquí, contigo. Y pienso en ti, a tu sombra,
a tu sombra callada como un agua de otoño.
Aquí, con la cabeza caída en tu regazo,
como para que pienses que contemplo las nubes.

En tu rostro apacible se refleja el crepúsculo,
y eres tan bella, amiga, que me duele mirarte.
Aquí estoy, a tu sombra, pensando en ti, contigo.
Y tú piensas, acaso, que estoy pensando en otra.

Tú sonríes, segura del poder de tu beso,
y yo cierro los ojos para sentir tu ausencia.
Ah, pobre amiga mía, cómo quisiera amarte,
amarte como entonces, cuando tú no me amabas...

Ah, sí, qué pronto pasan el amor y las nubes...
Qué irreparablemente se mustian las espigas...
Aquí, bajo este árbol que ignora su silencio,
mí corazón se aleja tristemente del tuyo.

Y, sin embargo, amiga, ya ves que te sonrío.
Y mí boca recorre la distancia del beso.
Pero pienso en el modo de dejar de besarte,

y en una despedida que no te haga llorar...


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lunes, 19 de febrero de 2018

"La inquietud fugaz", de JUANA DE IBARBOUROU, seudónimo de JUANA FERNÁNDEZ MORALES (Uruguay, 1.892 - 1.979 d.n.e.).



He mordido manzanas y he besado tus labios.
Me he abrazado a los pinos olorosos y negros.
Hundí, inquieta, mis manos en el agua que corre.
He huroneado en la selva milenaria de cedros
Que cruza la pradera como una sierpe grave,
Y he corrido por todos los pedrosos caminos
Que ciñen como fajas la ventruda montaña.

¡Oh amado, no te irrites por mi inquietud sin tregua!
¡Oh amado, no me riñas porque cante y me ría!
Ha de llegar un día en que he de estarme quieta,
¡Ay, por siempre, por siempre!
Con las manos cruzadas y apagados los ojos,
Con los oídos sordos y con la boca muda,
Y los pies andariegos en reposo perpetuo
Sobre la tierra negra.
¡Y estará roto el vaso de cristal de mi risa
En la grieta obstinada de mis labios cerrados!

Entonces, aunque digas: —¡Anda!, ya no andaré.
Y aunque me digas: —¡Canta!, no volveré a cantar.
Me iré desmenuzando en quietud y en silencio
Bajo la tierra negra,
Mientras encima mío se oirá zumbar la vida
Como una abeja ebria.

¡Oh, déjame que guste el dulzor del momento
Fugitivo e inquieto!

¡Oh, deja que la rosa desnuda de mi boca
Se te oprima a los labios
!

Después será ceniza sobre la tierra negra.


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jueves, 15 de febrero de 2018

"Sonata matinal", de JOSÉ ÁNGEL BUESA (Cuba, 1910-1982 d.n.e.)

"Mes souvenirs sont bien plus beaux dans ma memoire".
PAUL GERALDY.


La mañana se ha puesto su vestido de fiesta.
Triunfalmente, el Sol abre su abanico de oro;
y al beso de la brisa, brota de la floresta,
entre un vaivén de frondas, el saludo sonoro
que el canto de los líricos ruiseñores orquesta.
Pienso en ti, y rememoro...

Pienso en una mañana tan linda como esta
que vimos una vez, ambos vestidos de oro...

Ambos vestidos de oro por el Sol mañanero,
cuya luz sobre el blando césped se amontonaba
tal como se amontona la nieve en el alero.
Algo, muy tibio y dulce, en el aire flotaba
como flota en un agua apacible un madero.
La hojarasca otoñal aún cubría el sendero
y húmeda de rocío la pradera brillaba.

Yo te dije: «te quiero...».
Y tu mirada, casta como el amor primero,
por la áurea lejanía melancólica erraba...
Melancólica erraba como una garza viuda
de un árbol a otro, en busca de sus nidos de antaño.
Y yo besé tu boca, tu boca fría y muda;
y yo besé tu boca, casi hasta hacerte daño
.
Y allá lejos, un niño rubio semidesnudo,
pastoreando un pacífico rebaño,
floreaba con su tosco pífano un aire agudo.

............................

Fue una mañana rubia y alegre como esta...
La vimos una vez, ambos vestidos de oro...
Bajaba de los árboles un rocío sonoro,
y la brisa le hablaba de amor a la floresta...

Fue una mañana azul, fue una mañana en fiesta...
Y yo besé tu boca, tu boca fría y muda,
y en tus pupilas tímidas aceché una respuesta;
mas, tu mirada, aquella mañana como esta,
melancólica erraba, como una garza viuda...


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martes, 13 de febrero de 2018

"No es que muera de amor, muero de ti", de JAIME SABINES GUTIÉRREZ (MÉJICO, 1926-1999, d.n.e.)



No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,

en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.


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lunes, 12 de febrero de 2018

"Amor, permite que antes de que comience la batalla", de JOSÉ RAMÓN VARELA (ESPAÑA)



AMOR
permite que antes de que comience la batalla,
antes que rendidos caigamos entre las sabanas
masajes con ternura tus piernas cansinas
y despeje tu mente de las ansias que te produce
el trabajo.

Quiero poseerte relajada
sin esas angustias
con las que llegas
después de toda una jornada
enclaustrada entre las cuatro paredes
de la cárcel donde te ganas la vida.

Déjame que saboree despacio
el jugo que mana en tu fuente
déjame que sorbo a sorbo
me embriague
libando el néctar de tus placeres
quiero que riegues mi boca
con los espasmos de tu goce,

luego cuando ya hayas alcanzado las cimas
y desees prolongar tu deleite
penetraré en tus entrañas
para dejar mi blanca semilla.

Hoy te deseo despierta
que te agites mientras danzas,
abrazada a mí, unida a mis
incontinencias.

Quiero bailar contigo,
mecer tu cuerpo
al ritmo del mío,
apretar tu figura maciza,
sentir el hueco de tus ingles
en mis muslos,
tus senos aplastados
contra mi pecho
y la yemas de mis dedos
resbalando desde tu cuello
hasta los glúteos.


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domingo, 11 de febrero de 2018

"Paradisíaca", de LEOPOLDO LUGONES (ARGENTINA, 1874-1938 d.n.e.)



Cabe una rama en flor busqué tu arrimo.
La dorada serpiente de mis males
circuló por tus púdicos cendales
con la invasora suavidad de un mimo.

Sutil vapor alzábase del limo
sulfurando las tintas otoñales
del Poniente, y brillaba en los parrales
la transparencia ustoria del racimo.

Sintiendo que el azul nos impelía
algo de Dios, tu boca con la mía
se unieron en la tarde luminosa,

bajo el caduco sátiro de yeso,
y como de una cinta milagrosa
ascendí suspendido de tu beso.


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jueves, 1 de febrero de 2018

"Un beso iluminado", de ALBERTO RUY SÁNCHEZ LACY (MÉJICO, 1951-- d.n.e.)


El círculo perfecto
del amor
es un ámbito,
un lugar inesperado
de geografía fugaz,
una aventura,
un incesante regreso.

Un beso iluminado
extiende suavemente
su calor
a todo el cuerpo.
La sangre ayuda
con su secreto ritmo acelerado.
Un beso fugaz,
en su lentitud ritmada
sabe volverse eterno.
Beso promesa
de otro bes
o
y otro más
que misteriosamente
es el primero.
Besos que cuando se van
regresan.
Despiertan en la piel
ecos profundos
de besos

que vendrán.
Me habita tu beso,
tu sed de mí,
tu mano posesiva,
tu cuerpo voraz,
tu grito,
tu sabor a mar
tu beso.
Al círculo perfecto
del amor
se entra sin duda
por tu boca.
Suena,
huele,
sabe
a ese beso.


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