sábado, 26 de abril de 2014

"Bésame como la lluvia", de CEDHOT OSWALDO ARIAS HERRERA (Venezuela, 1976--d.n.e)

Poema perteneciente a la "II Antología de Poesía erótica", de la Asociación de Escritores de Mérida (Venezuela), de 2006 d.n.e.


Dulce, carnoso habito,
dependencia marchita de ingenuidad;
solo, olvidado a tus deseos,
como ramajes florecidos
acarician los míos, húmedos como el rocío.
Me acerco… salado, carnoso, viril:
Absuelvo toda duda loca entre mis manos suaves,
beso tus cabellos…
tus carnes vírgenes del labio ajeno,
me entrego a ti cruelmente
a los mares de tu piel extensa
“húmeda como la noche”.

El vino de mi lengua corre por la tuya,
te sueño, te estoy viendo
labios calientes, dolientes, pérfidos
perfectamente dolorosos.
Poderosamente me hincas ante ti…
ante la saliva tenue,
“húmeda como la lluvia”.

Desplazas tus manos por mi cuerpo,
estrujas tus pecados
en la pila de mis aguas,
poséeme, luego alcánzame un paño seco.
“Húmeda como el desierto”.

Gotas  recorren;
muerdes, agitas, tropiezas, absorbes.
¡Mójame, que deseo escurrirme entre tus sábanas!
Compartamos la fragancia de estos cuerpos
exprimamos el calor, saciemos el paladar
de los miembros exquisitos,
que la cópula sea explosión y locura,
líquidos corriendo a la fuente de la vida.
Húmedos como el alba…
… caen algunas gotas, 
el cielo desprende calores
a la tierra seca…
“¡Bésame como la lluvia!”


El domingo
es el olor del monte sobre la sopa
y es el culantro
y es el perejil
y es el cebollín
y es todo ese ramero pues
saber que la sopa esta sobre tu piel
sudarte mujer
sudarte
sudarte
como si tuvieras las defensas bajas
saladita mujer.   
Saladita.

 Uju, mujer, mujer, mujer,
me tepaste
me plenaste como el eucalipto


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"Un solo beso, de ISHY REMOLINO (Méjico)

Poema perteneciente al blogspot "Remolinos de Fuego"


Tengo apostadas las manos, piernas y corazón a tu recuerdo
a tu forma de hacerme el amor
de llenarme el vientre de deseos y sueños
 

Ishy Remolino
Mientras penetrabas lentamente me juraste hijos
lamiste cada uno de mis dedos prometiendo anillos
eyaculaste suero divino que probé ávida de amor de ganas de morderte los pies
 
Mi derrière entero fue tuyo
Hiciste de mí lo que soy ahora:
una mujer lista para luchar contigo en cualquier cama
en cualquier lugar donde desees entrega total

 
Me muero lenta y dolorosamente
por un beso suave y lento
por manos abriendo mis muslos
arrancándome las bragas en silencio

Y a veces me pregunto si los recuerdos eran ciertos
si realmente me diste sexo como nadie
si acaso tus manos son las únicas que me excitan
si es tu desenfreno el único que me hizo parir orgasmos.



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"Los besos", de VICENTE ALEIXANDRE (España, 1898-1984 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "La destrucción o el amor", de fecha 1935 d.n.e.

Vicente Aleixandre
Sólo eres tú, continua,
graciosa, quien se entrega,
quien hoy me llama. Toma,
toma el calor, la dicha,
la cerrazón de bocas
selladas. Dulcemente
vivimos. Muere, ríndete.
Sólo los besos reinan:
sol tibio y amarillo,
riente, delicado,
que aquí muere, en las bocas
felices, entre nubes
rompientes, entre azules
dichosos, donde brillan
los besos, las delicias
de la tarde, la cima
de este poniente loco,
quietísimo, que vibra
y muere. –Muere, sorbe
la vida. –Besa. –Beso.
¡Oh mundo así dorado!



 
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"La primera vez que él me besó", de ELIZABETH BARRET BROWNING (Inglaterra, 1.806-1.861 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Sonetos del portugués", de fecha 1850  d.n.e.

La primera vez que él me besó, solo besó
los dedos de esta mano con que escribo;
y desde entonces, se volvió más elegante y blanca,
lenta para los saludos mundanos, rápida con su "¡
Oh, escucha!"

cuando hablan los ángeles. Una sortija de amatista
que pudiera usar en ella, no sería más visible para mí
que ese primer beso. El segundo sobrepasó la altura
del primero, y buscó la frente, mas se perdió la mitad,

y cayó la otra mitad sobre el cabello. ¡Oh, el premio más alto!
Ese fue el aceite bautismal del amor, que precedió
a la misma coronación del amor, con santificadora dulzura.

El tercero, sobre mis labios se plegó hacia abajo
en situación perfecta e imperial; desde entonces, ciertamente,
he vivido y he dicho con orgullo, "
Mi amor, mi bien".



 
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miércoles, 16 de abril de 2014

"El beso del adiós", de MANUEL MARÍA FLORES (Méjico, 1840-1885 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Pasionarias", de fecha 1874  d.n.e.

Manuel M. Flores
Era el instante del adiós, callaban,
y  sin verse las manos se estrechaban
                  inmóviles los dos.
         Almas que al separarse se rompían,
temblando y sin hablarse se decían:
“he aquí el instante del postrer adiós”. 

         Doliente como el ángel del martirio
ella su frente pálida de lirio
                tristísima dobló;
quiso hablar, y el sollozo comprimido
su pecho desgarró con un gemido
que el nombre idolatrado sofocó.

          Y luego con afán, con ansia loca
tendió sus manos y apretó su boca
               a  la frente de él.
         Fue un largo beso trémulo. .. ., y rodaba
de aquellos ojos  que el dolor cerraba
copioso llanto de infinita hiel.

      Él lo sintió bañando sus mejillas,
y  cayó conmovido de rodillas. . .
               Sollozaban los dos…     
          Y  en un abrazo delirante presos
confundieron sus lágrimas, sus besos,
y se apartaron. . .  sin decirse adiós.

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"En el jardín", de MÁNUEL MARÍA FLORES (Méjico, 1840-1885 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Pasionarias", de fecha 1874  d.n.e.

Manuel M. Flores
Ella estaba turbada y sonreía,
Él le hablaba en la sombra a media voz;
Sólo estaba el jardín, y la algazara
Del baile se escapaba del salón.
 
Al través de las hojas las estrellas
Lanzaban temblorosas su fulgor…
Yo no sé cómo fue; mas, sin pensarlo,
Se encontraron los labios de los dos.

Y encontrarse los labios cariñosos
De dos que se aman con inmenso amor,
Es sentir que dos almas, que dos vidas,
Se confunden en una, y van a Dios…

¡Sonrisa de mujer, tú eres aurora!
¡Beso de la mujer, tú eres un sol…!
¡Qué dulces son tus besos, vida mía!
¡Qué hermoso es el amor!

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"Primer beso", de MANUEL MARÍA FLORES (Méjico, 1840-1885 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Pasionarias", de fecha 1874d.n.e.

Manuel M. Flores
La luz de ocaso moribunda toca
del pinar los follajes tembladores;
suspiran en el bosque los rumores
y las tórtolas gimen en la roca.

Es el instante que el amor invoca,
ven junto a mí; te sostendré con flores,
mientras roban volando los amores
el dulce beso de tu dulce boca.

La virgen suspiró; sus labios rojos
apenas, "¡Yo te amo!" murmuraron,
se entrecerraron lánguidos los ojos,

los labios a los labios se juntaron
y las frentes bañadas de sonrojos,
al peso de la dicha se doblaron.



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"Un beso nada más", de MANUEL MARÍA FLORES (Méjico, 1840-1885 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Pasionarias", de fecha 1874  d.n.e.

Manuel M. Flores
Bésame con el beso de tu boca,
cariñosa mitad del alma mía,
un sólo beso el corazón invoca,
que la dicha de dos me mataría.

¡Un beso nada mas!...Ya su perfume
en mi alma derramándose, la embriaga;
y mi alma por tu beso se consume
y por mis labios impaciente vaga.

¡Júntese con la tuya!...Ya no puedo
lejos tenerla de tus labios rojos...
¡Pronto!... dame tus labios... tengo miedo
de ver tan cerca tus divinos ojos!

Hay un cielo mujer, entre tus brazos;
siento de dicha el corazón opreso...
¡Oh! sostenme en la vida de tus brazos
para que no me mates con un beso!


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Capítulo 7 de "Rayuela", de JULIO F. CORTÁZAR DESCOTTE (Argentina, 1914-1984 d.n.e.)

Capítulo perteneciente al libro "Rayuela", de fecha 1963  d.n.e.

Julio Cortázar
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

      Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.



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martes, 15 de abril de 2014

"El primer beso de amor", de GEORGE GORDON -LORD BYRON- (Inglaterra, 1788-1824)

Poema perteneciente al libro "Presente amistoso", de fecha 1851  d.n.e.

George Gordon (Lord Byron)
Ausente con tus ficciones de endebles romances,
aquellos harapos de falsedad tejidos por la locura;
dadme el espíritu fugaz con su débil resplandor,
o el arrebato que habita en el primer beso de Amor.

Si, poetas, vuestros pechos con fantasías brillarán,
aquella pasión en la arboleda danzará con ardor;
y de la bendita inspiración vuestros sonetos fluirán,
¿pero podrán alguna vez saborear el primer beso de amor?

Si Apolo debe rehusar su asistencia,
o las Nueve dispuestas están a tu servicio;
no las invoquéis, decidle adiós a las Musas,
y prueba el efecto del primer beso de amor.

Los odio, y odio vuestras frías composiciones,
aunque el prudente me condene,
y el intolerante lo repruebe;
yo abrazo las delicias que brotan del corazón,
cuyos latidos y alegría son el primer beso de amor.

Vuestros pastores y sus rebaños, aquellos temas fantásticos,
Tal vez puedan divertir pero nunca conmoverán.
Arcadia se despliega como un sueño de bello color,
¿pero cómo podría compararse con el primer beso de amor?

¡Oh, cesad de afirmar que el hombre, desde que surgió
del linaje de Adán, ha luchado contra la miseria!
Algunas parcelas del Cielo vibran en la Tierra,
y el Edén resurge con el primer beso de amor.

Cuando los años hielen la sangre, cuando nuestros placeres pasen,
(flotando durante años en las alas de una paloma)
el recuerdo más amado será siempre el último,
nuestro monumento más dulce, el primer beso de amor.



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"¿Qué es, señora, un beso?, de EDMOND EUGENE ALEXIS ROSTAND (Francia, 1868-1918 d.n.e.)

Poema perteneciente a la obra de teatro "Cyrano de Bergerac", de fecha 1897  d.n.e.

Edmond Eugène Alexis Rostand
… qué es, señora, un beso?
Roxana:                              ¿Sois vos?
Cyrano de Bergerac:                            Yo soy
Roxana: Y habláis de… de un…
Cyrano de Bergerac:                            Beso.
Dulce fuera el vocablo en vuestra boca,
mas no lo pronunciáis. Si os quema el labio,
¿qué no haría la acción? Sed generosa,
venced vuestro temor… sin daros cuenta.
Ha poco os deslizasteis sin zozobra
de la risa al suspiro y del suspiro
al llanto… Deslizaos más ahora
y llegaréis al beso sin notarlo,
pues la distancia entre ambos es tan poca
que un solo escalofrío los separa.
Roxana: ¡Callad!
Cyrano de Bergerac:   Al fin y al cabo, ¿qué es, señora,
un beso? Un juramento hecho de cerca;
un subrayado de color rosa
que al verbo amar añaden; un secreto
que confunde el oído con la boca;
una declaración que se confirma;
una oferta que el labio corrobora;
un instante que tiene algo de eterno
y pasa como abeja rumorosa;
una comunión sellada encima
del cáliz de una flor; sublime forma
de saborear el alma a flor de labio
y aspirar del amor todo el aroma.


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"Rima XXIII, Por una mirada", de GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (España, 1836-1870 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Rimas. El libro de los gorriones", de fecha 1871 d.n.e. (edic. póstuma)

Gustavo Adolfo Bécquer
 
 
RIMA XXIII

 Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡Yo no sé
qué te diera por un beso!
 
 

 
 
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"¿Dónde empieza la boca?", de MARIO BENEDETTI (Uruguay, 1920-2009 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Insomnio y duermevelas", de fecha 2002  d.n.e.

Mario Benedetti
¿Dónde empieza la boca?
¿en el beso?
¿en el insulto?
¿en el mordisco?
¿en el grito?
¿en el bostezo?
¿en la sonrisa?
¿en el silbo?
¿en la amenaza?
¿en el gemido?

que te quede bien claro
donde acaba tu boca
ahí empieza la mía.


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"El beso", de FEDERICO BARRETO BUSTÍOS (PERÚ, 1862-1929 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Algo mío", de fecha 1912  d.n.e.

Federico Barreto Bustío
Con candoroso embeleso
y rebosando alegría,
me pides morena mía
que te diga... ¿Qué es un beso?

Un beso es el eco suave
de un canto, que más que canto
es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.

Un beso es el dulce idioma
con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.

Un beso es...no seas loca...
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!


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"Boca a boca", de DELMIRA AGUSTINI (Uruguay, 1886-1914 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Los rosarios de Eros", de fecha 1924 d.n.e. (edic. póstuma)


Delmira Agustini
Copa de vino donde quiero y sueño
beber la muerte con fruición sombría,
surco de fuego donde logra Ensueño
fuertes semillas de melancolía.

Boca que besas a distancia y llamas
en silencio, pastilla de locura,
color de sed y húmeda de llamas…
¡Verja de abismos es tu dentadura!

Sexo de un alma triste de gloriosa;
el placer unges de dolor; tu beso,
puñal de fuego en vaina de embeleso,
me come en sueños como un cáncer rosa…

Joya de sangre y luna, vaso pleno
de rosas de silencio y de armonía,
nectario de su miel y su veneno,
vampiro vuelto mariposa al día.

Tijera ardiente de glaciales lirios,
panal de besos, ánfora viviente
donde brindan delicias y delirios
fresas de aurora en vino de poniente…

Estuche de encendidos terciopelos
en que su voz es fúlgida presea,
alas del verbo amenazando vuelos,
cáliz en donde el corazón flamea.

Pico rojo del buitre del deseo
que hubiste sangre y alma entre mi boca,
de tu largo y sonante picoteo
brotó una llaga como flor de roca.

Inaccesible… Si otra vez mi vida
cruzas, dando a la tierra removida
siembra de oro tu verbo fecundo,
tú curarás la misteriosa herida:
lirio de muerte, cóndor de vida,
¡flor de tu beso que perfuma al mundo!


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